literature

Capitulo 60

Deviation Actions

Thanies's avatar
By
Published:
2.9K Views

Literature Text

Cuando llegamos a la habitación de Cianna no nos andamos con formalidades, o Marko no lo hace. Yo no me veo capaz de aporrear la puerta con la fuerza que pone en ello, no me veo capaz, si quiera, de levantar la mano o moverme mucho más de lo necesario. He dejado, incluso, de limpiar las lágrimas que brotaban de mis ojos. Simplemente dejo que hagan su camino y que ellas solas desaparezcan. En realidad no creo que me hubiera movido si no fuera por la mano de Marko que tira de mí.
A los pocos segundos Cianna abre, con cara de dormida, y  al verme mil preguntas brillan en sus ojos. Pablo, deja todo signo de sueño atrás y se ofrece a traernos un café o algo, dándome un apretón en el hombro sale de la habitación, quedandola en silencio durante unos segundos.
Noto unos brazos rodearme y es lo que necesito para que no pueda sostener las lágrimas, para que de mis ojos corra un río, para que ya no pueda contenerlo todo. Y me derrumbo, en el hombro de Cianna, porque necesitaba lo mínimo para caer el profundo hoyo y eso ha sido el abrazo que me ha regalado.
Marko empieza a contarle todo, con sumo detalle y a una gran velocidad.
-Necesito algo, Cianna, lo que sea. Dime lo que hayas averiguado, da igual que te parezca insignificante.
-Hay algo, pero puede ser solo una casualidad- avisa mientras se separa de mí, lentamente y me hace falta unos brazos, necesito palabras reconfortantes y también necesito partir alguna cara, preferiblemente del hijo de puta que tiene a mi madre- cuando llamaron a Ryota coincide en los momentos en los que Paolo estaba en la casa. Pero al igual que él había mucha más gente.
Luego todo pasa muy rápido.
Marko sale disparado por la puerta y me encuentro corriendo por los pasillos para alcanzarlo.  Llega hasta una habitación, que antes no había visto, y la abre de golpe. Dejando que la puerta choque contra la pared, quedando en ella un buen hoyo.
Paolo se gira rápidamente al oír el estruendo que se forma. Sonríe con su sonrisa de medio lado que nunca me ha dado tanta repulsión como ahora. Y pregunta el porque de tal intromisión en su privacidad.
En cuestión de milésimas de segundos Marko está a milímetros de él mientras lo tiene contra la pared, agarrado por el cuello sin dejarle tocar el suelo. Su cara, por una milésima de segundo cambia. Tarda un poco en recomponerse, lo suficiente como para poder comprobar el miedo que le tiene. Lo mucho que conoce a lo que puede llegar cuando esta a este nivel de enfado.
-Chi diavolo ti credi di essere per fare questo a Ryota ?- le chilla en la cara, de una manera que nunca le había oído. Le habla con un odio profundo, como si hablara a la persona más miserable del planeta. “¿Quién coño te crees para hacerle esto a Ryota?”
-Sono inocente, non ho fatto niente al dolce Ryota - “Soy inocente, no le he hecho nada al dulce Ryota” No bien ha terminado de decir la frase cuando Marko le ha pegado un puño en el estómago, dejándolo sin aire. Casi dejando sin pronunciar mi nombre por la fuerza del impacto.
Quito mi vista antes de que el golpe impacte contra su cuerpo, sin embargo el sonido que produce y el que Paolo deja escapar no lo puedo mitigar. Presto toda mi atención al boyo reciente del que goza la habitación.
- Né chiamalo dolce, né cerca di mentire, perché alla merda le formalitá, devi essere onesto se voui uscire da questo- “Ni lo llames dulce, ni intentes mentir, porque a la puta mierda las formalidades, se honesto si quieres salir de esta”. Le susurra tan cerca de la cara que casi ni puedo oírlo, sin embargo lo hago y no se si me arrepiento de haberlo hecho.

-Te voy a contar una cosa- empieza a hablar Marko a Paolo mientras está atado en medio de una cuadrada, acolchada y negra habitación. Decorada, tan solo, con una incómoda silla, la cual, en algún momento, fue marrón, donde descansa un magullado Paolo.- En los últimos meses he pasado mucho entre estas cuatros paredes. Ya sabes, observando como mis hombres rompían huesos, amputaban miembros, quemaban y demás barbaridades ¿Para qué lo voy a negar? Yo he hecho algunas de esas cosas, pero créeme que nunca he tenido las ganas que tengo ahora mismo.
Me limito a quedarme en la esquina, como mero observador.  Viendo como Marko lo rodea y tiene un aspecto realmente amenazador. Está tranquilo, como si estuviera hablando del tiempo. Habla con un tranquilidad aterradora, con un semblante serio y la mandíbula siempre tensa.
Me da igual si va en contra de mis principios, si me quedo sin integridad moral, me la suda que lo que vaya a hacer ahora sea motivo de discusión. Tengo las mismas o más ganas de hacerle pagar a Paolo que Marko. Ha jugado con fuego y se ha quemado.
-Nunca he sentido que esto fuera lo correcto, hasta ahora. Voy a hacerte sufrir, llorar, gritar, suplicar y confesar. En ese orden si no colaboras. O podemos hacer otra cosa, tu me dices todo y yo te suelto, casi intacto. Borrón y cuenta nueva, primo.
-Yo no he hecho nada más que ser amable con el dulce Ryota.
Puño directo hacia el estómago, dejándolo sin respiración. Lo coge de la barbilla obligándole a mirarle, le regala una sonrisita muy extraña, como una advertencia. Una sonrisa que guarda las mil y una forma que planea su cabeza para hacerle confesar.
-Yo te lo vuelvo a repetir si no te queda claro- dice Marko con suma tranquilidad, como si con un niño pequeño estuviera hablando- No lo llames por ningún nombre cariñoso. Pensándolo mejor, no lo nombres y no me intentes mentir. Te tenemos por los huevos. Y te digo esto porque eres mi primo, te estoy dando la oportunidad de salir de esta, quizás con alguna que otra secuela, pero vivo, si fueras otro no me andaría con estas observaciones. No hace falta que agradezcas.
Hace un amago con la mano restandole importancia. Luego procede a repetirle lo que anteriormente ha hecho. Que debe y no debe hacer. Y lo fácil que sería para ambos si confesara ahora mismo. Sin embargo Paolo se encuentra muy reacio a ello.
Me muevo incómodo, pasando mi peso de un pie a otro. Mantengo una guerra interior conmigo, es decir, una parte de mí asegura que es correcto, que se lo merece, pero, por otra parte, mi consciencia no para de joder. El hacer daño, un daño de esta manera, a una persona es de tener poca alma y menos escrúpulos. Sin embargo me acuerdo de la foto de mi madre y le quiero hacer pagar.
De pronto la sensación de querer romperle la cara aumenta, al igual que la de acercarme y soltarle. No sé si es porque aún tengo algo de consciencia y la humanidad que hay dentro de mí está contra este tipo de violencia o porque no le veo capaz de hacerme algo así.
No es como si lo conociera mucho,  solo sé que es un tío pedante, un chulo y creído, que ha intentado ir contra Marko muchas veces, pero que no sea un ejemplo a seguir no lo convierte en esto, o bueno, eso pensaba hasta que todas las evidencias le incriminan.
Porque ya no solo son las horas que cuadran, en la casi una hora que llevamos aquí hemos encontrado más pruebas que lo convierten en culpable, han encontrado el móvil de prepago por donde me enviaban las llamadas y desde dónde se envío el último mensaje.
-Enano, quizás no quieras estar aquí viendo esto ¿Qué tal si vas con Cianna?- asiento, aunque no estoy muy seguro si es lo que ahora necesito- dile a Fulco que entre.
Lo hago o casi todo, me voy y le digo a Fulco, uno de los guardaespaldas, que entre, pero no me voy con Cianna. Me voy a nuestro dormitorio. No voy a dormir pero no puedo pretender que Cianna tampoco lo haga.
Antes de salir y cerrar del todo la puerta oigo un golpe y un gemido lastimero, luego son murmullos en italiano, no precisamente cariñosos, por lo que sin mirar para atrás cierro la puerta. Y cerrando un segundo los ojos, hago lo que me ha mandado.
© 2016 - 2024 Thanies
Comments0
Join the community to add your comment. Already a deviant? Log In